Durante el transcurso de la Primera Guerra Mundial, el fisioterapeuta alemán Joseph Pilates ideó una tabla de ejercicios destinados y recomendados para la rehabilitación de soldados.
Con el paso del tiempo, pilates fue capaz de perfeccionar su método gimnástico, llegando a realizar una tabla con 500 ejercicios que combinaban fuerza, resistencia, flexibilidad y control mental.
Una buena forma de fortalecer cuerpo y mente, pero también de oxigenar los músculos, trabajar a conciencia las articulaciones, fortalecer la musculatura y la flexibilidad.
Además, otra de las grandes ventajas que produce la práctica de pilates es la corrección postural, fomentando un mayor equilibrio y control de la respiración, por lo que reduce en gran medida los ya tan frecuentes dolores de cuello, espalda y lumbares.
¡Quien lo prueba difícilmente acaba por abandonarlo!
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